Después del final


Ustedes dirán ahora, por supuesto, que yo soñaba; pero no es así. Lo que vi, lo que oí, lo que sentí, lo que pensé, nada tenía de la inequívoca idiosincrasia del sueño.

Un cuento de las montañas escabrosas, Edgar Allan Poe

No he sentido el golpe. Oigo decir que he volado como diez metros y luego he caído a plomo contra el asfalto. Enseguida se arremolina un nutrido grupo de curiosos a mi alrededor, hasta que alguien, con voz autoritaria, ordena que se aparten de mí y me dejen espacio para respirar. Otra persona, o quizás la misma, llama al 012 y una ambulancia se presenta casi de inmediato. Un enfermero me ha cogido una vía y con otro compañero procede a inmovilizarme mediante un collarín y unas férulas de inmovilización. Debo parecer un robot metálico.

Despierto en el hospital, si a eso se le puede llamar despertar. Oigo a los médicos hablar; a mi familia llorar y lamentarse; a las visitas susurrar cosas que no entiendo, pero supongo que son palabras de ánimo y consuelo para mi mujer, para mis hijos. Parece ser que estoy virtualmente muerto, aunque aun respiro muy quedamente y existe una leve actividad en mi cerebro; actividad que poco a poco irá desapareciendo y en cuanto a la respiración, no tardará en producirse un fallo general en mi sistema respiratorio. Eso es lo que he oído a los médicos, que hablan con mi mujer como si yo no estuviera delante. Supongo que están convencidos de que no puedo oírles. Se me acaba de ocurrir una idea brillante. Resulta que hace tiempo, previendo que en algún momento pudiera tener un accidente que me dejara incapacitado para escribir, ideé un programa, el brain editor lo bauticé, para conectar mi cerebro al editor de wordpress y poder dictar mentalmente las entradas que se me ocurrieran, sin necesidad de que nadie realizará esa labor por mí; siempre he sido muy celoso de lo que escribo y además podría ser que tampoco pudiera hablar. Mira por dónde, ahora y a través del programa, que tengo instalado en mi móvil, puedo activar el editor de wordpress y enviarle mi última entrada que, con un poco de suerte, incluirá lo que nos espera del otro lado de la vida. Parece ser que después de muerto definitivamente, el cerebro aun seguirá funcionando durante algunos segundos, los suficientes para enviar al programa mis primeras experiencias post mortem. Así que aquí me tienen, preparado, con la entrada programada para las 00:01 de mañana 19 de noviembre de 2013 (no parece que vaya a llegar vivo a esa hora) y atento a cualquier cosa que pueda ocurrir digna de ser narr…

¡Joder! Con razón nadie vuelve para contarlo.

28 responses to this post.

  1. jajajajajaja ¿Sabes que eso es un ejercicio que haciamos en la facultad?
    Me refiero a resumir una noticia. «Te han atracado y estás a punto de morir y tienes pocos minutos para escribir la noticia de lo que ha ocurrido»
    Y tú hubieras suspendido…que lo sepas 😛
    Besazo

    Responder

    • Pues yo pienso que merezco al menos un notable en periodismo y sobresaliente en informática. Me explico:
      Lo de informática es evidente; menudo programa el brain editor. En cuanto a periodismo, he dado una buena noticia. Seguimos sin saber qué nos espera después, por lo tanto, podemos seguir cada cual con sus cadacualadas. El saber qué nos espera lo cambiaría todo y no estoy seguro de que fuera para bien.
      Un besazo.

      Responder

  2. ¿Es una aplicación para Android? Porque me gustaría…sería la leche, vamos, lo nunca conseguido, ríete de la conquista de un tal Pizarro…Ahora que se ve que tiene fallos, reprogramalo antes de sacarlo al mercado, aunque en realidad da igual, quién iría a reclamarte a dónde? 🙂
    Besos

    Responder

    • Tengo versiones para todos los sistemas operativos. Y funciona perfectamente. En este caso, si algo falló, que no lo tengo claro, fue el cerebro. 😛
      Un beso.

      Responder

  3. Jajajajaj, buenísimo. Original pero angustioso al mismo tiempo.

    Besazos

    Responder

  4. Efectivamente algún problema hubo, no me llegó al correo esta entrada, creo que el Brain editor tiene un bug de esos 😀

    ¿Has visto «Johny cogió su fusil»?, porque viendo la entrada creo que te gustaría.

    Abrazos.

    Responder

    • Pues no, no la he visto. Le diré a mi yerno que haga una descarga, legal, por supuesto, y le echaré un vistazo.
      Gracias por la recomendación fílmica e informática.
      Un abrazo, crack.

      Responder

  5. Ahora sí que me llegó al correo, espero que se solucionara el problema.

    Responder

  6. Y en los blogrolls también aparece, lo acabo de comprobar en casa de Inma. 🙂

    Responder

  7. Reconoce que a dar consejos y al follar no me gana nadie :mrgreen:

    Responder

  8. Posted by yeste lima on 20 noviembre, 2013 at 12:15

    Me acaba de llegar el correo con tu entrada, se ha actualizado tarde.

    Me ha sorprendido tu ingenio, Edgar Allan Poe es uno de mis prefes, me gusta leerle agarrada al sillón y tú si sigues por ese camino tendrías mucho éxito y una seguidora incondicional,… aunque eso ya creo que lo soy, jajaja

    Besos apretaos.

    Responder

    • Estaba que me subía por las paredes porque la publiqué ayer y sólo Dolega y Luisa habían comentado y encima las visitas habían sido mínimas. Le pedí consejo al Líder y su sabiduría me iluminó.
      Me alegra que te haya gustado, a mí también me gusta mucho Poe. Tengo sus cuentos completos y de vez en cuando cojo un tomo y leo varios; es una gozada.
      Besos apretaos.

      Responder

      • Posted by Yeste Lima on 20 noviembre, 2013 at 17:02

        Ultimamente ésto está pasando muy a menudo y no sé porqué. A mí me ha pasado varias veces y me han tenido que avisar los amigos… ¡da un corajeeee!

        Besos.

        Responder

  9. Me recordó cuando yo me moría. http://desafectos.wordpress.com/2013/03/04/una-vez-me-moria/

    Es más angustioso leerlo que vivirlo.

    Un abrazo.

    Responder

    • Sí, por lo que cuentas, resultó hasta placentero. Como lo mío sólo ha sido elucubración mental, no puedo aportar mi experiencia, sólo mi deseo frustrado de contar el después. Pero lo volveré a intentar. Seguro.
      Un abrazo.

      Responder

  10. ¡Qué agobiante, macho! He ido a leerme la entrada de Alberto con el enlace que ha puesto, y te digo lo mismo que a él. A mí lo que más miedo me da de morirme es ser consciente de que me estoy muriendo. Darme cuenta de que es el final. Uff. Qué agobio.
    Un beso.

    Responder

    • Supongo que dependerá de la situación y las condiciones. En fin, mi obsesión de momento es contar el después. Seguro que lo consigo. 😀
      Un beso.

      Responder

  11. Luego si eso nos pasamos a visitarte. No nos esperes levantado.
    Un abrazo.

    Responder

  12. Ahhhhhh!!!!!!!!!!! Menos mal que lo has arreglado en la última frase, que me estaba angustiando jajaja.
    Sería guay ¿verdad? poder explicar de primera mano lo que hay más allá, si hay algo. Te dan un premio al periodismo de investigación fijo. Post morten, eso sí.
    Besitos

    Responder

    • Lo malo es que hay que morir para averiguarlo. Luego ya es cuestión de ver la forma de comunicarlo, que ya se inventará; pero el trámite previo espanta un poco.
      Un beso de tu rendido admirador, que lo es, Juan.

      Responder

  13. Posted by Anabel on 22 noviembre, 2013 at 11:56

    Me encanta el relato, enhorabuena. La idea es muy muy buena. Un saludo

    Responder

Deja un comentario