Vicisitudes de un fantasma


No hay mayor desgracia para el que regresa, que descubrir que está de sobra, que su presencia es indeseada, que perturba el universo, que constituye un estorbo para sus seres queridos y que éstos no saben qué hacer con él.

Los enamoramientos, Javier Marías

Es complicada y difícil la vida de un fantasma. En contra de lo que la gente cree, estás limitado a un espacio determinado. No puedes desplazarte a tu antojo y mucho menos si hay escaleras. Tampoco puedes intervenir en la vida cotidiana de los que habitan el mismo lugar que tú; en mi caso mi propia casa. Mi viuda (qué palabra más extraña para adjudicarle un posesivo en primera persona del singular), por ejemplo, tiene una nueva pareja. Cuando empiezan con sus arrumacos intento por todos los medios hacerle llegar mi malestar; bueno: mi cabreo, sin eufemismos, tampoco tengo que disimular a estas alturas. Pues lo más que percibo en ella es una mirada inquieta y un leve estremecimiento, que tanto puede significar que intuye mi presencia, como que mira a ver si los niños andan cerca y el estremecimiento no sería otra cosa que la anticipación del placer. A mí, lo único que me queda es retirarme discreto a otro lugar de la casa, pues otra cosa que no podemos hacer los fantasmas es cambiar nuestra forma de ser y yo siempre fui discreto. Cuando iba a llegar a mi casa antes de la hora prevista, siempre avisaba a mi mujer de una u otra forma, pues entendía que es peligroso llegar sin avisar. No hay necesidad de uno llevarse un sofocón o de cortarle el rollo a tu mujer por no avisar a tiempo. Son cosas que no cuestan trabajo y ayudan a la convivencia.

Otra cosa que me preocupa es por qué me he convertido en fantasma. Nadie te dice nada. Te mueres y cuando crees que ya todo acabó, finito, ciao, hasta más nunca, resulta qué no; que notas como si salieras de tu cuerpo, al que ves ahí tirado en el suelo con varias personas alrededor tratando de reanimarte y tú que si vuelvo que si me voy durante un rato hasta que por fin alguien dice: Hora de la muerte las diecisiete treinta y dos. Y se llevan tu cuerpo; tu viuda y tus hijos llorando desconsoladamente se van detrás y tú te quedas sólo en la casa diciendo por qué coño te tuviste que atragantar con ese «jodío» langostino; tú y tu puñetera manía de: burro grande ande o no ande. Pero por lo que he leído, mientras podía hacerlo, los fantasmas se quedan en el lugar donde murieron porque tienen algo que hacer. Algo que terminar antes de deshacerse en la nada. Unas veces se trata de expiar algo que hicieron mal en vida y que pueden reparar consiguiendo una buena obra mediante su intervención, que los redima del mal causado. O también pueden quedarse porque su muerte no ha sido tal y como reza oficialmente y hasta que no se consiga que se averigüen las verdaderas causas de la muerte y se descubra a los culpables, le toca vagar por patios y habitaciones. Yo no sé que diablos tengo que reparar, porque mi muerte fue tonta, rematadamente tonta, pero accidental. Me atraganté con un langostino equis equis equis ele, tuve un fallo respiratorio y au revoire, arrivederci, bye bye, sayonara, zài jiàn, adiós para siempre adiós. No tengo sensación de haber hecho mal a nadie hasta el punto de tener que repararlo antes de morir definitivamente. Pequeñas putadillas, pisadas de cabeza mientras iba subiendo en el escalafón, pero si eso hubiera que pagarlo el mundo andaría superpoblado de fantasmas. Y como digo, mi muerte fue accidental y no se puede achacar la responsabilidad a nadie, salvo a mí mismo, por querer comprar siempre los langostinos más grandes y gordos.

Aunque… ahora que lo pienso, mientras me ahogaba, vi brillar los ojos de mi mujer con un agüilla que, en aquel trágico momento, me pareció producido por el inicio de un llanto de impotencia, pero que bien mirado, también podrían ser lágrimas de satisfacción pues, al fin y al cabo, ella como enfermera, está perfectamente familiarizada con la  Maniobra de Heimlich y en ningún momento hizo ademán de practicármela. Y que no haya pasado una semana y ya tenga nueva pareja es, como mínimo, precipitado.

Llámenme suspicaz si quieren.

35 responses to this post.

  1. ¡Alégrate! Lo primero que pierden los muertos antes de convertirse en fantasmas, son los cuernos. Esos están reservados para el Diablo que los lleva como símbolo de poder. 😛
    Y ella es una buena mujer y tú un maldito agonías al comer. por eso moriste y te quedaste sin cuernos.
    Besazo

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    • Si a mí los cuernos nunca me han preocupado. Son como los dientes, que duelen al salir pero ayudan a comer. Contaba Cela en su libro «Rol de cornudos»:

      «…Dícese que una mujer casada con un humilde empleado, le pegaba los tarros para ayudarle a sacar adelante a la familia. Trataba muy bien al marido y procuraba servirle de comer manjares tan selectos como inadecuados a su posición – caviar iraní, paté de Estrasburgo, faisán trufado, etc.-, todo ello regado copiosamente con los mejores vinos. Un día, extrañada de que el marido no encontrase raro tanto lujo y derroche, pensó:

      – Voy a darle un escarmiento, para que al menos sepa quien trae el dinero a casa; cuando llegue a comer, le pondré delante lo que le corresponde con arreglo a su sueldo.

      Cuando el marido llegó derrochando simpatía, como siempre, dijo a la esposa:

      – Petrita, qué le vas a dar de comer hoy a tu maridito?

      La esposa le sacó una pescadilla frita y medio tomate y el marido, hecho un basilisco, pegó un puñetazo en la mesa y rugió:

      – ¡Petra! ¿Tú crees que esto es comida para un cornudo?

      Pues eso, que no había necesidad. Conque me tuviera la mesa bien puesta era suficiente.
      Un besazo, fermosa.

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  2. Es que el anuncio de los langostinos de los supermercados Dia ha hecho mucho daño, que te lo digan a ti, majo.
    Por cierto, ¿es que allí ya no se puede leer????? Menuda putada!!!
    Feliz año nuevo!

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    • Pues no. No se puede leer, salvo que lo hagas por encima del hombro de otro, pero en mi casa se lee poco y con muy mal criterio.
      ¡Feliz año!

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  3. A ver si te puedo sacar de dudas, pluriseñorcito 🙄
    No será que tu tarea pendiente es acabar de masticar el langostino? Porque parece que, según el relato, és lo que dejaste a medias en este mundo 😆
    Ah, y un consejito antes de irme:
    Si vas con sábana blanca, el kalia oxi-action cristal White, va de maravilla!!
    (jejeje, ahora que ya me había aprendido el nombre no era cosa de dejar de practicar)
    Ven aquí, fantasmita, que te debo un montón de estos
    muak, muak, muak, y así todo el 2014 (de momento) 😀

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    • Pues no había caído yo en eso, pero no lo creo, porque el langostino se fue con mis restos mortales para la pira funeraria, así que como sea esa mi misión, aquí me quedo «pa» los restos.
      Por otra parte, no hay duda de que dos mil catorce trae muy buenos augurios. De momento, en la primera entrada publicada ha llegado la Brisa vivificante. ¡Alabado sea el señor!
      Muchos pluribesos y feliz 2014.

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  4. Pelín ligera de cascos sí le ha salido la parienta, pero por las precauciones que tomaba en vida no parece que le haya pillado de sorpresa.
    Me ha gustado el relato, sí señor.
    Un abrazo.

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    • A ver, sorpresa sí, porque no había necesidad. Ahora vuelve a tener pareja y tendrá que buscar nuevo amante, lo cual siempre es una lata, cuando ya estaba todo tan bien establecido. Si es que no saben lo que quieren.
      Un abrazo.

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  5. Lo estaba viendo venir, y es que mira que era ansia viva el tío fantasma. Estaba claro que la mujer, si tardaba tan poquito en guardarle las ausencias es que la vida le dio un «capotazo» de suerte, jeje, y despachó al cornudo pal otro barrio. Ahora, lo que no me queda claro es qué se supone que tiene que hacer el pobre fantasma con esta harpía para que su muerte quede vengada de alguna manera…

    Por fa, quiero la continuación en breve, que ando de peticiones de Reyes Magos y este año pasado, al parecer, no he sido mala del todo…jejeje.

    Besos

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    • Pues ese es el problema, que el hombre, digo, el fantasma, anda deambulando por la casa, sin saber que hacer, salvo retirarse discretamente cuando la viuda y su consolador humano empiezan a mirarse con ojitos.
      En cuanto a lo de la continuación, no sé. Yo creo que es mejor dejar al fantasma tranquilo, que los carga el diablo. :mrgreen:
      Un beso.

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  6. Hombre, si nos ponemos a desconfiar por esas cosas mal vamos, para mí que está ahí para expiar sus culpas de desconfianza, pobre mujer, mira que pensar tan mal de ella (yo que el fantasma miraba en la basura a ver si aun está el bote de cianuro)

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    • No si yo desconfiar no desconfío, pero algo tendré que hacer para dejar de ser un fantasma. Porque te digo una cosa: esto no es vida. Todo el día de una habitación a otra, sin poderme sentar y sin poder dormir. Qué se hacen muy largas veinticuatro horas al día. Y sin manual de instrucciones. Estoy ensayando a ver si soy capaz de pegarle un buen susto al pánfilo que está ahora con mi mujer y lo convierto en fantasma a él. Yo creo que eso me liberaría y si no, por lo menos una alegría sí que me llevaba.
      Un abrazo, crack.

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      • Posted by yeste lima on 3 enero, 2014 at 19:42

        Jajaja, de los que a mi.me gustan…he llegado a tiempo de conocer al fantasmita.
        Pues no sé yo porqué te aburres, con la de cosas que pueden hacer los fantasmas para acojonar al personal.
        Un sustito por aquí, otro por allá…. copas que suenan…. pata rota de la cama…infinidad de putadas por si acaso no fue el langostino.
        ¿puedes notar los besos? Por si acaso, apretaos.

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        • Es que soy un fantasma novato y no me sale lo de asustar. Estoy probando a ver, pero no he conseguido ni un leve pestañeo de nadie; ni siquiera los niños, que mejor que no se enteren, porque a esos sí que les tengo miedo yo.
          Besos apretaos.

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      • Hombre no sé, espera a Halloween, que dicen que podéis salir de las casas y quizá con suerte el amanecer te sorprenda en una casa de citas 😀

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  7. Jajaja, y rejajaja. Días esta entrada pululando en mi blogroll con lo necesitada que ando yo de unas risas.
    Maneras tontas de morir hay muchas, pero lo del langostino XXL tiene su aquel.
    Y sí, creo que te pasas de suspicaz, no se puede ser tan mal pensado, descansa en paz, anda.
    Besitos

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    • Si la entrada ha servido para llevar un poco de buen humor a su estado de ánimo: ¡misión cumplida!
      Es que verlos dándose achuchones, no voy a decir que me haga hervir la sangre, porque sangre ya no tengo, pero que me come la mora, sí. «Pa» que te voy a engañar.
      Un beso de tu rendido admirador, que lo es, Juan.

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  8. Posted by Fran on 2 febrero, 2014 at 10:22

    por un momento parecia que eras un fantasma

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  9. Posted by Fran on 3 febrero, 2014 at 22:21

    va dime la verdad. eres un fantasma?

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  10. Posted by Fran on 3 febrero, 2014 at 22:25

    estoy nervioso. me puedes hacer algo?

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