El genio (segundo intento)


 

¿Recuerdan aquella entrada que un gaznápiro me truncó, en la que pretendía hablarles de un sujeto que andaba dando patadas a las latas y se le aparecía un genio? ¿No? Bueno, pues entonces, antes de seguir, lean AQUÍ. Y no se olviden dejar un comentario diciendo lo maravillosamente bien que escribo.

Pues el hombre iba dando patadas a las latas que encontraba a su paso. Que si ustedes recuerdan, hace unos años no estaba tan mirado eso de la limpieza en las calles y se encontraba uno por los suelos toda clase de objetos: cajetillas de cigarrillos vacías, latas de refresco, envoltorios de polos y caramelos, billetes de cien pesetas. Sí amigos, sí. Antes era fácil encontrarse billetes por los suelos apenas fueras atento por donde pisabas. Claro, con tanta basura pasaban desapercibidos a ojos asténicos, pero unos ojos entrenados por el hambre los veían a kilómetros de distancia. Y me voy a dejar de incisos o tampoco contaré la historia hoy.

Ya ha quedado determinado que el hombre, de unos treinta años sobre poco más o menos, iba dando patadas a las latas. En realidad, la edad no había sido determinada aun, pero éste es tan buen lugar del relato como otro para hacerlo, así que sobre los treinta, más o menos. Pongamos veinticinco, que es igual de impreciso.

De repente, de una de las latas, de coca cola analfabeta que no sabe que cero no es con zeta (ya, ya sé que hay un anacronismo, pero el relato es mío y bebo coca cola zero cuando me apetece, que estoy a dieta), salió un batracio negro y asqueroso.

– Ya me gustaría verte a ti luego de tres años metido en una lata de coca cola zero, tipo listo, que eres “mu” listo tú ¡so listillo! – Además de picajoso, resulta un pelín redundante este batracio. Sigo con el relato o se va a convertir esto en un novelón decimonónico.

Antes de que pudiera darse cuenta, el batracio saltó sobre el bolsillo de su camisa. Desde allí, le habló de aquesta manera:

– Aunque parezca una rana, en realidad soy una mega modelo superguay del Paraguay, jejeje, que ocurrente soy, que fue embrujada por un agente futbolístico, porque decía que no dejaba rendir a su modo de vida (representado lo llama él) como debía. Llevo tres años encerrada en esta lata y si me das un beso, volveré a mi antiguo cuerpo y como prueba de gratitud te prometo noches de lujuria y desenfreno.

El individuo, pues de alguna manera habrá que llamarlo, le contestó tal que así:

– Realmente es difícil de creer. No pareces para nada una rana. Más bien te pareces a un asqueroso sapo.

– No te dejes engañar por mi repugnante aspecto. Se debe al tiempo que llevo encerrada en esa maloliente lata. Pero ese encierro hace que también esté más caliente que el encendedor de un porrero. Así que ya sabes, dame un beso y te llevaré al cielo de los sentidos. ¡Toma frase cursi!

Nuestro personaje, después de pensarlo un poco, no mucho, no nos engañemos, también iba algo necesitado, se acercó el batracio a los labios y cuando iba por fin a depositar en él su beso, éste dio un pequeño salto y se volvió la oración por pasiva. Vamos, que fue el batracio el que dio el beso a nuestro personaje. Enseguida sintió un turbulento terremoto en su interior. Se sintió disminuir. Los ojos se le salían de las órbitas, la barbilla se le encogió, el hocico salió a pasear. Sí, vale, me dejo de circunloquios: se convirtió en rana.

– ¡Qué cabrón! Me has convertido en rana.

– Sí. Es que lo de la super modelo no era cierto, pero en lo de estar salido me quedé corto y por aquí, la verdad es que escasean las ranas.

– Pero eres una rana macho. Y yo también. Te has equivocado ¡So gilipollas!

– Otro imbécil que se ha creído que la homosexualidad sólo existe entre los humanos. ¡Ojos negros tienes hermoso!

18 responses to this post.

  1. Por fin voy a poder dormir sabiendo cómo había terminado la cosa. Más de un mes nos has tenido en ascuas.
    Casi olvido decirte que escribes maravillosamente bien. Y además que eres ingenioso.
    Un abrazo.

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    • Así me gustan a mí los lectores: obedientes. Les pides un elogio y un elogio te dan. Les pides mil euros y se vuelven sordos y analfabetos, pero si no, tampoco te los darían, que una cosa es ser obediente y otra gilipollas. Y yo no tengo lectores gilipollas.
      Un abrazo.

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  2. Al cielo de los sentidos¡! Jeje… claro con la frasecita, no era no pensarlo mucho, el hocico,…mentón, la boca y los mofletes; jeje, que final!!!! Sigo riéndome, además valió la pena “segundo intento” ya que me he disfrutado ambas entradas, un fuerte abrazo

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    • Las cositas claras desde el prinicipio, que si no, luego empezamos con el: yo no sabía, quién iba a imaginar, mira tú si lo llego a saber y demás zarandajas.
      ¿Has disfrutado de dos entradas? Alma de dios, deja dos comentarios. Que esto no es el Carrefour con el 2×1. Qué tampoco se pide tanto. Una entrada, un me lo ha pasado genial, qué grande eres. Ya está. Has estado mucho más tiempo leyendo.
      Venga va, escribe cien veces: Miguel eres el más grande y no lo volveré a hacer y a otra cosa.
      Bueno, que me alegro que te hayan gustado ambas dos entradas y te devuelvo apretado el abrazo.

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  3. Tú estás mu mal de lo tuyo! Ranas homosexuales, ranas homosexuales…….
    Y por lo visto yo debo estar igual porque me he reído como una perra (aunque en realidad soy también una super, hiper, mega modelo estupendísima de la muerte!).

    Muy buenos, los dos intentos. ¿Esperaremos un tercero?

    Un abrazo, porque un beso no querrás dármelo…… por si acaso.

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    • Yo me paso el día besando perras y no en sentido metafórico, porque nunca se sabe donde puede saltar la modelo, que las hay más perras aun. Y no, de lo mío estoy mucho mejor desde que dejé la medicación. Ustedes es que tienen la suerte de no verlas. Ya me gustaría a mí, ya. Pero están por todas partes, lo que pasa es que disimulan, pero a mí no me engañan.
      Y en cuanto a lo del tercer intento pues mira, si quiero terminar de contar la historia del tío que le daba patadas a las latas y le salió un genio y le ofreció tres deseos, pues tendré que hacer al menos un tercer intento, porque el jodido genio no ha aparecido aun. Cuando no es por una cosa es por otra, pero el genio debe seguir metido en alguna lata. A ver si al tío este se le pasa el embrujo y el escozor anal y acierta a darle a otra lata. Aunque te digo una cosa, entre nosotros, como este tío le de una patada a otra lata, para mí que le va el asunto. Llámame loco si quieres, pero ahí lo dejo.
      Todos los besos del mundo y que pase lo que tenga que pasar.

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  4. Ja ja ja, como estás Miguel, como estás! yo sigo sospechando que tomas alucinógenos o algo, porque si no, no es normal…ojos negros tienes hermoso…es que es buenísimo! y el follón que has montado con la cocacola zero, en fin, que me parto contigo, y elogios seguirás recibiendo, ya lo de los mil euros lo dejaremos para mejor ocasión, besos sí, yo me arriesgo

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    • Tienes razón. Lo confieso. Estas cosas no las podría escribir sin meterme nada. Todos los días me meto varias dosis. Y cada vez estoy más enganchado. Eso sí, ni puta gana de rehabilitarme. Soy un imaginómano y me siento orgulloso. Qué se jodan los que estén limpios de esa droga. Si además es gratis y la segregamos nosotros mismos.
      Lo de los mil euros igual tengo que escribir en Taringa, que por allí si aparecen gilipollas de vez en cuando por lo que se ve.
      Y todos los besos que quieras que tu Juan por ti,se arriesga incluso a que le parta la cara el coriano.

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  5. Posted by Ana on 26 septiembre, 2012 at 17:44

    La verdad es que no sabía que hay ranas homosexuales… Sigo con la duda, pero tu relato… Mas de suspense no podía ser.
    Un beso Miguel.

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  6. Curioso desenlace. Y muy entretenido de leer. ¿De verdad hay que ir probando suerte, besando todo tipo de bichos y bestias, por si aparece la supermodelo?

    Un abrazo.

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  7. Como ando picona porque no se me ha dediado ningún relato en este blog (fíjate que hasta Dess -así como quien dice lo último de lo last- «hasta Dess» me ha hecho una entrada a pedido) solo he de confesar que este post está bueno. Ya, bueno, sincerota que soy, que stá buenísimo y que me he reído tanto que casi despierto a los colegas del trabajo y no es plan… pero bueno… te dejo un beso, dale, te perdono…

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    • Querida limeñita: una entrada para ti requiere un trabajo de campo, que pienso hacer, pero que lleva su tiempo, porque aunque uno es un genio, tiene sus limitaciones.
      Cualquier día te sorprendo y te doy tu merecido. 😉
      Un beso, en respuesta al tuyo que me ha dado la vida.

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  8. Me vas a perdonar, pero yo a la rana le ví la pluma de lejos ehhh, con lo que no contaba era que, además de homosexual, ¡tenía superpoderes el cabrito! jajajajaj
    Besazo

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    • Ahora que sé tus orígenes, no me extraña nada que lo vieras venir, pero uno siempre debe guardarse un as en la manga. Te enseño la paloma para que no veas el sombrero 😉
      Un beso.

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