El pez volador (Javier Tomeo)


Somos peces pequeños y robustos, con grandes ojos que se afanan por verlo todo. Vivimos en aguas profundas lejos de las costas.

Un día, hace miles de años, uno de mis antepasados asomó la cabeza por encima del mar y descubrió las estrellas. Desde entonces nos esforzamos por saltar. Tenemos unas aletas pectorales muy desarrolladas, que mantenemos pegadas al cuerpo mientras nadamos, pero que desplegamos a la manera de alas cuando pretendemos volar.

El aprendizaje, sin embargo, es largo y penoso. Nuestros saltos, de cuarenta a cincuenta metros de longitud, apenas alcanzan, como máximo, los ocho metros de altura. Las estrellas continúan estando muy lejos, pero no renunciamos a nuestro sueño.

Javier Tomeo, Cuentos completos, Páginas de Espuma, 2012

____________________________________________________________________________________________________

Realmente no sabía si encuadrarlo en la categoría: «Aportaciones de otros» o en la de «Libros», por lo que opté por las dos. ¿Por qué elegir? La primera, la suelo utilizar cuando llevo tiempo sin escribir y recurro a algo que haya leído y por algún motivo me mueva a publicarlo. La segunda, la utilizo para hablar de libros. Y eso hago, publicar un cuento que me ha gustado mucho (casi todos los incluidos en su libro «Bestiario» son, como mínimo, sorprendentes) y hablarles de un libro (la primera vez que lo hago antes de terminar de leerlo) que me promete más de ochocientas páginas de interesante, sorprendente y pedagógica lectura.

No me parece mala forma de inaugurar el año en este blog.

24 responses to this post.

  1. Posted by Marga on 2 enero, 2013 at 5:56

    Buena inauguración. Estaremos atentas.

    Responder

    • Procure no perder detalle, doctora.
      Un casto beso.

      Responder

      • Me ha gustado el autor. Aunque ando quebrada y por tanto no puedo comprar libros. Así que dependo de tí.

        Responder

        • Bueno, esperaba que ahí en Lima funcionara bien y barato el mercado de segunda mano de libros. Puedes buscar «Bestiario», «Nuevo bestiario» o «Cuentos perversos». Todos ellos llevan ya unos años de editados.
          En cuanto a depender de mí, no me digas esas cosas, que ya sabes lo que pasa. 😛

          Responder

  2. Un bonito cuento con moraleja final: no renunciemos a nuestros sueños, aunque su consecución quede muy lejos.
    Buena sugerencia; Miguel.
    Un abrazo.

    Responder

    • Actualmente me gusta mucho leer cuentos y relatos cortos. Probablemente porque también es lo que me gusta escribir y es la mejor manera que conozco de aprender. Lo que llevo leído de este libro me ha encantado y por eso me he decidido a reconmendarlo sin terminar de leerlo.
      Un abrazo.

      Responder

  3. Y si en alguna pagina se les ocurre desistir, recuerdales la historia de «Babe, el cerdito valiente», que se convirtió en perro ovejero 😉
    Tienes un excelente gusto para la lectura, compañero.

    Responder

    • Gracias. Lo cierto es que también me encuentro mucho truño al leer, pero cuando eso ocurre, cierro el libro sin ningún remordimiento y lo regalo en alguna librería de segunda mano, que siempre existe un roto para un descosido.
      Un abrazo abriga-corazones.

      Responder

  4. Tampoco hace falta que menciones los truños que lees, uno hace lo que puede coño :mrgreen:

    Perseguir sueños está bien, pero yo estos inalcanzables ya los veo menos bien, suelen traer decepciones siempre, es lo que tiene lo inalcanzable, quizá si en vez las estrellas quisiera subir a un árbol el sueño se cumple y somos más felices.

    Abrazos.

    Responder

    • Si lo sueñas demasiado fácil, igual la satisfación no es mucha. Tampoco es cuestión de buscar el término medio, porque ahí lo único que encuentras es la mitad 😛
      Un abrazo, crack.

      Responder

  5. Interesante cuento… No dejemos de luchar por nuestros sueños, aunque sean nuestros descendientes quienes los disfruten al fin… Besos.

    Responder

    • Sí, quizás si dejamos de perseguir los sueños, dejamos de vivir. ¡Joder que profundo! Casi llego a tus dominios. 😛
      Un beso.

      Responder

  6. Será que te miro con buenos ojos, pero a mí que me gustan más tus cuentos que éste.
    Un abrazo.

    Responder

    • Además de mirarme con buenos ojos, necesitas graduarlos 😀
      Pero se agradece el elogio en todo cuanto vale.
      Un abrazo.

      Responder

      • Estoy de acuerdo con Chema, será que los cuentos o relatos cortos no son lo mío, unido a que prefiero tu originalidad con puntito surrealista.
        Ea! ya he quedao como una reina
        Besazos al trío

        Responder

        • Se agradece el alimento para el ego. «Pa» qué te digo que no, si sí. 😀
          Un beso de tu rendido admirador, que lo es, Juan. Y un piquito de Dragon. Miguel está flotando de satisfacción y no consigo bajarlo para que te mande otro. 😉

          Responder

  7. Interesante cuento, pero no me gustan los retos imposibles. Siempre he pensado que son la disculpa perfecta del que no tiene intención de hacer nada.
    Besazo hermoso

    Responder

    • Bueno, no es el caso. Es el reto de una especie y todos luchan por conseguirlo. No importa el tiempo que tarden, ya en los genes está impreso y generación tras generación siguen avanzando.
      Yo lo veo como un toro ¿no?. Uy perdón. Esto era de Jesulín.
      Un besazo.

      Responder

  8. Posted by Ana azul on 3 enero, 2013 at 15:41

    Me ha encantado, es precioso este texto que has publicado. Besos
    Ana

    Responder

  9. Posted by Ana on 6 enero, 2013 at 13:00

    Empecemos el año imitando al pez volador y no renunciemos a los sueños.
    En uno de mis poemas, dedicados a los sueños, hay un verso que reza así:

    Dejadme que sea feliz,
    dejadme seguir soñando,
    mis sueños son sólo míos
    y soñando… Soñando no hago daño.

    Buen año Miguel y espero que los Reyes Magos sean generosos contigo y los tuyos.
    Un abrazo.

    Responder

Deja un comentario