La princesa y Pizarro


¡Y si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!

César Vallejo

Déjame que te cuente limeña, déjame que te diga la gloria del ensueño que evoca la memoria, La memoria de mi capitán, don Francisco Pizarro, conquistador de grande y merecida fama. La memoria de aquella princesa inca, cuya belleza superaba en fama, al menos entre los suyos y que vio llegar por la vereda que bajaba  del viejo puente, del viejo puente del río y la alameda. Déjame que te cuente limeña, la princesa Emevé que exhalaba un  perfume a jazmines y a rosas y a canela. Ahora que aun perfuma el recuerdo, ahora que aún se mece en un sueño. Un sueño le pareció a mi capitán, don Francisco Pizarro, cuando la vio aparecer con sus largas trenzas negras, con su rostro algo aceitunado, redondo y con dos ojos como dos soles, me recato de describir el resto, pues no es mi intención ponerle los dientes largos a nadie.  El viejo puente, el río y la alameda. Jazmines en el pelo y rosas en la cara airosa caminaba la flor de la canela, caminaba con la majestuosidad de quien se sabe superior. Superior y admirada. Estaba acostumbrada a que los hombres se la quedaran mirando a su paso y esos dioses blancos, de luengas barbas, no iban a ser menos.  Derramaba lisura y a su paso dejaba aromas de mistura que en el pecho llevaba. Pocos saben, porque no era prudente saberlo, que la conquista del Perú estuvo a punto de no ser. Del puente a la alameda menudo pie la lleva por la vereda que se estremece, de no ser, al menos, como llegó a ser. Mi capitán, don Francisco Pizarro cayó embrujado por la princesa Emevé y  al ritmo de su(s) cadera(s) recogía la risa de la brisa del río y al viento la lanzaba del puente a la alameda. Cuarenta días, con sus cuarenta noches, se estuvo mi capitán, don Francisco Pizarro, encerrado (encelado) con la princesa. Si este fuera un relato del estilo de esos que vendrán siglos después, entre sombras y greyses, describiría aquí cada uno de esos días, cada una de esas noches, pero sólo pretende ser una parte de la crónica de la conquista del Perú.  Déjame que te cuente limeña,  Ay, deja que te diga morena, mi pensamiento, que la princesa Emevé no estaba enamorada de mi capitán, lo prueba lo que acaeció más tarde, pero que mi capitán sí que lo estaba de la princesa lo demuestra cuan rápido la obedeció cuando le ordenó abandonarla y seguir con la conquista. Sí, morena, sí. Te cuento,  a ver si así despiertas del sueño, del sueño que entretiene morena, tu sentimiento. Los soldados hicimos una reunión y me encomendaron que fuera yo a hablar con mi capitán, don Francisco Pizarro, para hacerle saber que debíamos seguir adelante con la conquista. Me dirigí, no sin mucho temor, a los aposentos que ocupaban los amantes y fue la princesa quien salió a recibirme y enterarse de las nuevas que le traía.  Aspira de la lisura que da la flor de la canela, adornada con jazmines, matizando su hermosura, una vez informada de mi encomienda, ordenó a mi capitán que regresara a su misión y a mí me dijo:  Alfombra de nuevo el puente y engalana la alameda que el río acompasará su paso por la vereda, y vuelve aquí inmediatamente, que tú acabas de conquistar lo más valioso que hay en Perú.  Deja para otros la fundación de ciudades, como San Miguel de Tangarará, que tú estás destinado a ser mi Inca (los biempensantes observan que no lleva hache, por lo que pueden abstenerse del chiste fácil). Y recuerda que jazmines en el pelo y rosas en la cara, airosa caminaba la flor de la canela, derramaba lisura y a su paso dejaba aromas de mistura que en el pecho llevaba. Del puente a la alameda menudo pie la lleva por la vereda que se estremece al ritmo de su cadera, recogía la risa de la brisa del río y al viento la lanzaba del puente a la alameda.

Así fue como mi antepasado, Güelmi Norime, quedó fuera de los libros de historia en la conquista del Perú. Él, el mejor y más afortunado de todos los conquistadores que en el mundo, nuevo o viejo, han sido.

50 responses to this post.

  1. […] La princesa y Pizarro. Por Entre el olvido y la memoria. […]

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  2. Posted by yeste lima on 10 noviembre, 2013 at 0:13

    Querido Miguel, me ha encantado, leía tus palabras envueltas en la música de fondo y me sumergía en una historia completamente distinta no esperada.

    Ahora, después de leerte, pienso que mi texto no lo debía haber publicado… es aburridísimo, jajaja.

    Estupendo texto.
    Besos apretados

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    • Vamos a ver, vamos a ver. Para vestir a un santo no hace falta desnudar a otro. Tu entrada ha tenido el punto de rigor histórico que ninguna otra ha tenido. Y ahí está la gracia, en la variedad de contenidos.
      Besos apretaos (no apretados, finolis que te has vuelto). 😛

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  3. Lo dicho: yo cuento cuentos y tú escribes como los dioses… pero a fin de cuentas…jejejeej, ¡me cachis con nuestro enfoque! 😉

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    • Somos unos romanticones. :mrgreen:
      No sé como escribían los dioses, aunque si la biblia es de inspiración divina, me puedo hacer una idea. 😛
      Besos, preciosa.

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  4. Güelmi Norime renunció a salir en los libros de historia. Así era de modesto. Cambió convertir en catorce los trece de la fama por convertir en dos a la chica de la cama. Así era de listo.
    Un abrazo.

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  5. Si al final la culpa es de ellas, que pa’ algo las ha creado dios :mrgreen: enhorabuena por la iniciativa. Leeremos flor de maravilla

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  6. Mi relato histórico y serio como acostumbro hacer mis relatos está programado para las 00:00 hora peruana, que es la hora que debería mandar en este concurso. M eha encantado el relato, sobretodo por ser yo la protagonista. Pero hijo, ¿ves a la princesa Emevé con cara de apechugarse a un tipo que se llame Güelmi? Hombre, yo por eso sospecho que muy real el relato no es.
    Muaaaaacks…

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    • La princesa Emevé, que debió ser una antepasada tuya, porque tú no tienes edad, no sólo se apechugó a mi antepasado Güelmi Norime, sino que lo dejó sequito como la mojama de tantas proezas sexuales que le exigió. Eso puedes grabarlo en piedra.
      Un casto beso, mi limeñita.

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  7. Pregunta, ¿quién pone la lista de las publicaciones de la convocatoria?

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  8. Has hecho trampa maldito!!!! Has ejercido de niño mientras te dictaba Chavela….
    Que te puedo decir? Una gozada como siempre (esto se esta convirtiendo en una mala costumbre jejeje)
    Besazos infernales, sigo con la ronda!

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  9. Que excelente idea,la flor de la canela ha estado en mi repertorio, wow no se me había ocurrido esta fusión y me ha gustado mucho. Gracias por invitarnos a participar. Un abrazo 🙂

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    • Ahí está la gracia, que a cada uno se nos ha ocurrido algo distinto y está quedando muy divertido. Gracias a ti por recoger este guante.
      Un abrazo.

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  10. Que bonito…. que bonita canción….
    Mira! la voy a escuchar ahora mismo!

    Muchos besos jefe!!

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  11. Un delicioso relato con música de fondo. Precioooosooooo 😛
    Besazo

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  12. Ajajá, así que de casta le viene al galgo…lo digo por lo de mi churri-que se te ha olvidao enlazarla :)-
    Fantástica la música, la narración, la historia de amor…tal y como yo me lo imaginaba 🙂
    Gracias a ti Miguel.
    Un besazo de domingo

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  13. Ohhhhhhh!!!!!!!!! Si te dijera que el relato me ha sorprendido mentiría, solamente me ha encantado como siempre, es tu estilo.
    Sobre que aproveches cualquier oportunidad para homenajear a la limeña y declararle tu casto amor no diré nada, porque se me hace mala sangre, pero honrada debe sentirse.
    Muchos besos, y mi agradecimiento por haber podido participar en esta locura, debes estar contento porque está siendo todo un éxito.

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    • Yo no tengo la culpa de que nuestros antepasados, allá en los albores del nuevo mundo tuvieran un «affaire».
      Bueno, va, te voy a decir la verdad: es que una vez le pedí que me enviara una foto suya y es igualita igualita a la Jenifer López y claro, me tiene el seso (seso, con ese) sorbido. Aunque ahora que lo pienso: se parece demasiado. Para mí que la Jenifer le ha copiado el «look» a mi limeñita.
      Sí que estoy contento. La verdad es que hay muchas y variadas entradas. Os habéis volcado y lo agradezco. No pensé que tenía este poder de convocatoria.
      Un beso de tu rendido admirador, que lo es, Juan.

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  14. Leyendo estas cosas se me va la autoestima por el desagüe con mi cutre intento de soneto. Ya sabía yo que me medía con talentos. Un abrazo.

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    • A ver boticaria, me voy a tener que poner serio. Tu soneto está fenomenal. Enseguida me hubiera atrevido yo a remedar el soneto de Lope con el arte que tú lo has hecho. Recuerda que sólo había que vilipendiar a los que se echaran atrás, así que deja de vilipendiarte ya. A no ser que seas masoca y entonces me avisas que ya te pondré bien a caldo. :mrgreen:
      Gracias de verdad por tu fenomenal colaboración.
      Un abrazo.

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  15. Bueno aunque tarde y penosa he aquí mi Pizarrin (si no me he equivoco del enalce)
    http://elcajondepandoro.wordpress.com/2013/11/10/p-p-maltratado-por-el-futuro

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  16. Sublime 🙂 maravilla se queda corta a la hora de describir tan magna entrada, incluso te perdonará Sina el llamarlE «lectora» 😀

    Ahora en serio, muy currada y muy bonita historia, abrazos crack

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    • Jejeje. Gracias por avisar. Editado y corregido. A lo mejor no lo ha leído aun. :mrgreen:
      Gracias a ti por participar, tanto con la entrada como con la difusión. Con la colaboración de un líder el éxito está garantizado.
      Un abrazo, crack.

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  17. Precioso y delicioso texto…
    Casi no me puedo creer que no te tomes el Cola cao con azúcar ; – )
    Me lo he pasado genial, Miguel, leyendo las aportaciones de todos.Enhorabuena por el post y por la iniciativa.
    Besos.

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  18. Al final hemos caído todos en meter a una «Matahari» india que le acabó volviendo loco al tío Pizarro.

    He tenido la sensación de ir volando por tu texto. Delicado y armonioso, muy sutil, como cuando te pones a escribir con pluma fina.

    Chapeau.

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  19. QUILLOOOOOOOOO!!!! Donde tienes el listado de participantes???? Así no se puede oyes, jo que estrés!!!!!

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  20. Jo, con esa banda sonora y esa maestría escribiendo casi que me gusta la historia de Pizarro. Genial.

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  21. Esto es Canela en rama… 🙂

    Un abrazo.

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  22. […] La princesa y Pizarro. Por Entre el olvido y la memoria. […]

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